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Mira

8, noviembre 2016 - 10:04

┃ Fernando Schwartz

Nota-Fut-mexico

 

Eso de que la quinta es la vencida, parece ser un buen adagio para la Selección mexicana en su visita número cinco a territorio de Columbus. Fue justo en el 2001, y en el mes de Febrero, un 26, cuando comenzó el Viacrucis de México en esta pequeña población de los Estados Unidos y donde la llamada Guerra Fría del Futbol ha congelado a los mexicanos con el idéntico marcador de 2-0. Incluso en la última ocasión sellaron su pase al Mundial de Brasil, mientras que los nubarrones de repesca aparecieron en el seno Tricolor. Tan sólo un juego antes, Luis Fernando Tena asumió la dirección técnica tras la salida del Chepo de la Torre.

Cuatro marcadores idénticos del 2-0 frente a Enrique Meza, Ricardo La Volpe, Sven Goran Erickson y el último con Luis Fernando Tena. Rafa Márquez ha participado en tres de las cuatro ocasiones anteriores y en esta edición que está con Juan Carlos Osorio, deberá templar sus nervios, porque en este territorio se ha llevado dos tarjetas amarillas y una roja. Es el jugador que participó desde 2001, que estará presente una vez más. Esta vez no puede ver errores. Es importante la concentración y aplicación del conjunto nacional.

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México ha perdido en el 2-0 con claras fallas de definición para abrir el marcador y en desconcentraciones marcadas, principalmente a balón parado. Muchos de los que estarán este 11 de noviembre en la cancha, estuvieron en el 2013, en el mes de octubre, cuando disputaron el último encuentro. Ahora, Estados Unidos no tiene a Landon Donovan su gran líder, que en el 2001 fue banca, pero que en los restantes tres fue figura indiscutible, como el hombre que acentuó la rivalidad entre mexicanos y estadounidenses para llevarla a un grado extremo, en donde coincido con Juan Carlos Osorio, que en el juego, más allá de lo deportivo, va la cuestión social y el orgullo que representa un partido por la alta inmigración de paisanos a la Unión Americana, en un sueño de mejora de vida, que se ve golpeado en el aspecto anímico, cuando México no demuestra la supremacía que había tenido sobre Estados Unidos anteriormente.

Jurgen Klinsmann por segunda vez dirigirá en Columbus. En la anterior fue cuando selló su boleto al Mundial de Brasil 2014. Creo que las oportunidades las pintan calvas y este seleccionado que tiene no es el más fuerte de los últimos que han tenido. La ausencia de Donovan, el aislamiento de Dempsey por su problema cardiaco, dejan tan solo a Bradley como el referente del equipo, además que un hombre importante como es Kyle Beckerman se ha lesionado y este guerrero de la contención ha sido pieza fundamental en los últimos duelos.

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Estados Unidos, desde la fortaleza de Columbus, buscará la revancha de la noche de Pasadena, donde “Tuca” Ferretti llevó al conjunto Tricolor a la Confederaciones. Estados Unidos buscará retomar el camino y además para México es vital sacar los puntos con dos visitas consecutivas, ya que cuatro días después estaremos frente a una Panamá que se le ha complicado también mucho en la anterior eliminatoria. Esta vez, en el papel, México tiene un plantel más completo. Un equipo bien balanceado y con la mayor parte de los jugadores que vienen de Europa en plena actividad. De los de la Liga MX, hay plena capacidad.

Es un partido en el cual México de golpe y porrazo puede dar el paso anímico que necesita para olvidar aquella noche de Santa Clara y reencaminar el proceso. Un partido donde todos los convocados, en su mayoría estarán de regreso a la selección, buscando cerrar esas heridas que permanecerán en la memoria, pero que deberán quedar suturadas sí o sí de forma inmediata.