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12, enero 2017 - 9:42

┃ Miguel Angel García

Nota-Toros-Roca-Rey-

 

Mala racha, suerte en contra, ímpetu sobrado. Llámese como sea, el matador peruano Andrés Roca Rey considera que ser uno de los toreros más castigados por los toros en 2016, obedece a la exigencia de ponerse a la altura de las grandes figuras. Y en esa medida, ser nombrado revelación mundial del toreo, o fenómeno, pues lo que este joven diestro, que no alcanza más de 20 años, ha logrado en su corto andar como diestro con alternativa, menos de año y medio, ya alcanzó proezas verdaderamente increíbles.

Andrés Roca Rey, amigable y sencillo como le conocemos, pulcro en su vestir y sus movimientos, charló con ESTO seis horas después de haber arribado a México procedente de Sudamérica. Está de vuelta en este país para concretar una serie de contratos de alto nivel, pero sin duda el del 29 de este mes le quita el sueño y le hace suspirar. Y es que será la fecha que marque su reaparición en la Temporada Grande de la Plaza México, luego de haber comparecido el pasado 13 de noviembre en la primera etapa que celebra el coso mayor.

La temporada pasada, tanto en Europa, México, como en Sudamérica, Andrés tuvo que dejar de torear un sin numero de festejos debido a la serie de percances que sufrió en distintas plazas de estos continentes. Y aunque pareciera exceso de ímpetu, la filosofía de Roca Rey es totalmente diferente a lo que todo mundo pudiera especular.

“Hay que saber una cosa cuando estás en el ruedo, algo parecido a la canción de José Alfredo Jiménez: en el ruedo la vida no vale nada”, nos comentó el torero al final de una pregunta que hacemos texto abajo.

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PERCANCES

Abrimos esta primera parte de nuestra entrevista con el tema de los percances, luego de que recientemente en Manizales, Roca Rey recibiera una cornada en el gemelo, lo cual le obligó a ser baja en Cartagena de Indias donde estaba anunciado. Así como en Europa y México, decíamos que Andrés ha tenido que cortar sus temporadas y dejar su racha de triunfos, más que estar a merced de los toros, por colocarse en sitios cortos al toro, pero que le han puesto en un nivel muy grande.

-¿Esa racha de percances obedece a que toreros como tú tienen que ponerse a la altura de las grandes figuras y hace que vayas más allá de donde el toro te lo permite?

“Claro, eso es normal. Hay un momento en la vida donde tienes que apretar, es por lo que has esperado siempre. Ahí está la ilusión que nació desde niño, desde que comencé esta carrera y sabes que como el tren pase y no lo hayas cogido, se puede demorar en pasar otra vez. O ya no pasar… La vida es un momento y hay que aprovechar estos primeros años, hay que triunfar con ilusión, con ganas y arrimándote. En esta profesión jamás te puedes dejar de arrimar. Hay que saber una cosa cuando estás en el ruedo, algo parecido a la canción de José Alfredo Jiménez: en el ruedo la vida no vale nada”.

-¿Es necesario dosificar el ímpetu frente a los toros? Sí, es tiempo de apretar, pero el cuerpo también se va mermando.

“Dicen que esto más que de corto plazo, es una carrera de fondo. Está claro que, hay que intentar durar como en todas las profesiones, pero también es verdad que debemos dar el cien por ciento todos los días. La gente y el toro se merecen que los triunfos sean de verdad, no se puede engañar a nadie. Veo el toreo como una verdad absoluta, no me gustaría algún día cortar las orejas aliviándome. Me gusta que aquello sea de verdadera entrega absoluta, la que uno debe dar cada tarde, en cada toro”.

-Me queda claro que las volteretas no son por falta de técnica, pero como dice tu apoderado, la suerte ha sido un factor que no ha estado de tu lado.

“La verdad que la suerte siempre está ahí y por más que uno se alivie, quizá también te cogen los toros. Los toros cogen cuando el torero esta dispuesto ha darle la lección al astado, eso pasa”.

-Cortar campañas ha sido lo más doloroso.

“Molesta mucho que después de una temporada bonita termine así, con percances fuertes como los que tuve en la cabeza, que fue el que me dejó más tiempo parado; llegar a Málaga y que un toro te eche mano y a los diez días de la reaparición nuevamente sufra un percance y caiga también de cabeza, es duro. A parte de eso, durante la recuperación te das tiempo para pensar y saber dónde estás y hacia dónde quieres llegar; ganas ese punto de experiencia que quizá toreando no se pudo haber ganado por que no da tiempo a pensar. Viendo esa parte, es positivo y hay que aprovecharlo. Si un día el toro te tiene que coger toreando, no por bruto, creo que vale la pena”.

-Pero esta la parte hermosa. Como el hecho de que Lima te recibió como un héroe.

“Esa es la recompensa de jugarte la vida. Llegar a tu tierra y en las dos tardes donde te anuncian ver la plaza llena, es muy especial. Estas cosas me impulsan a seguir, te das cuenta que ese es el camino y que la ilusión no solo es llenar tus plazas, sino las demás. Lo de Lima me ayudo a proponerme nuevas metas, a seguir para adelante, me dio la fuerza que todo ser humano necesita”.

-¿Cómo sentiste a tu afición, a los taurinos y empresario de tu tierra?

“Muy bonito, me di cuenta que la gente lo estaba viviendo con mucha pasión; en Chota me sorprendí, había mucha gente; en los dos días que toree los restaurantes y hospedajes estaban llenos. Ahí me di cuenta que el Perú está volviendo a tener el taurinismo de hace muchos años”.

Lima ha despertado gracias a Roca Rey, lo que seguramente revivirá a muchos toreros locales.

“Despierta sobre todo en el momento que se habla de toros, no hay ningún torero que esté toreando en España en la elite del toreo, como igual en México (refiriéndose a él) Cuando regresas a tu país y ves que gracias a tus esfuerzos la gente está enterada, lo vive y le interesa, entonces esa ha sido la mejor de las recompensas”, concluyó.

Más adelante le comentaremos del por que Roca Rey no ha podido triunfar como él espera en la Plaza México y qué es lo que le mueve para estar delante del toro, teniendo como base que el dinero no lo es.