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Mira

25, enero 2017 - 12:38

┃ Alejandro Alfaro

america-entrenamiento

Obreros de la pelota. Eso es lo que tiene América en su plantel. Y no es que esa sea una característica negativa, por el contrario, habla de que cuenta con jugadores de mucho desgaste, sacrificio, largos recorridos, músculo y desequilibrio. Sin embargo, hace falta el arquitecto que coordine la obra dentro del terreno, que pueda tomar las riendas y maneje los tiempos de un equipo que ha iniciado con un toque de incertidumbre el Clausura 2017.

Hace unos días, en charla con ESTO, Ricardo La Volpe reconoció que buscaba para el medio campo de su cuadro, un par de volantes con manejo de pelota y llegada, “un ocho y un 10” en concreto, ya que ante la salida de Rubens Sambueza se vio en la necesidad de solicitar a un elemento que pudiera dar ese aporte de sapiencia con la pelota en los pies.

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“Buscamos más los volantes con llegada. Junto con el ocho y el 10, que sea fuerte. Se habló con Peláez de un volante con manejo y un 10 con llegada. Por ejemplo, se hablaba de uno solo, porque estaba Sambueza. Cuando volví de vacaciones tuve que resolver ese problema porque si yo pedía uno, ahora son dos”, comentó el técnico americanista en ese momento.

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Anteriormente, América podía encontrar esas pausas futbolísticas en hombres como el ya citado Rubens u Osvaldo Martínez, quien se fue a Santos Laguna, por lo que ese hueco no ha podido ser llenado satisfactoriamente y las Águilas carecen de esa figura que genere sociedades con sus otros compañeros, para enlazar las diferentes líneas sobre el campo. Si bien han llegado hombres como Cristhian Paredes y Cecilio Domínguez, es una incógnita si alguno de ellos dos será capaz de tomar la batuta que ponga a funcionar el aparato ofensivo americanista y se convierta en un importante socio para sus atacantes, así como un aliado para el resto de los volantes de la escuadra.

El puesto está vacante y pide a gritos ser ocupado para que desde ahí, los de Coapa encuentren a ese referente que pueda guiarlos a buen puerto, porque todo buen grupo de obreros necesitan ese guía, y, en este caso, América busca a su arquitecto que le ayude a construir el éxito futbolístico que desea.