POR JOSÉ LUIS CAMARILLO 

FOTOS: RAMÓN ROMERO 

La zona de Tepito, La Lagunilla y Garibaldi ha producido desde auténticos ídolos del boxeo, como Raúl “Ratón” Macías o Rodolfo “Chango” Casanova, hasta peleadores que sin llegar a ese rango, alcanzaron enorme popularidad, como Luis “Kid Azteca” Villanueva y José “Huitlacoche” Medel. Hubo, asimismo, algunas muy destacadas figuras por adopción, al mudarse a vivir ahí, como Carlos “Cañas” Zárate.

El “Chango” Casanova nació en suelo de Guanajuato, pero desde temprana edad llegó a la zona referida, de ahí que cobró alta fama bajo el mote de “Nevero de La Lagunilla”. Decían los más prestigiosos cronistas de antaño que los aficionados mexicanos solamente han reconocido a cuatro ídolos genuinos: los mencionados “Ratón” Macías y “Chango” Casanova, a quienes se suman José “Toluco” López y Rubén “Púas” Olivares. Ese concepto se mantiene hasta nuestros días.

Tepito dio otros excelentes peleadores, como el ex campeón mundial gallo Rodolfo Martínez. En este contexto, se debe agregar a Enrique García, Octavio “Famoso” Gómez, Tarcisio “Famosito” Gómez, Lorenzo “Halimí” Gutiérrez, Clemente “Didí” Muciño, Raúl Valdez, Julio “Ringo” Romero y Rafael Reséndiz.

Julio César “Rey” Martínez, actual monarca universal mosca del WBC, lanzó su carrera desde el llamado barrio bravo, pero nació y vive en la colonia Pro Hogar, en la Alcaldía Azcapotzalco.

Así que millones de personas que utilizan diariamente el Servicio de Transporte Colectivo, Metro, y que cruzan por la parada de transbordo Garibaldi/Lagunilla, han admirado -y todavía pueden hacerlo- docenas de fotografías de nuestros campeones mundiales de boxeo de diferentes épocas, en actitud de pelea o en posición de guardia, como parte de la exposición Ídolos del Boxeo Mexicano que se inauguró el 13 de mayo de 2017 en dicha estación.

Las vistosas imágenes permanecen en las paredes o sobre los escalones de sus anchurosas escaleras. Se estima que 120 mil personas circulan de manera cotidiana, por lo que la cifra total de quienes han podido observarlas es incalculable.

Una de las gráficas muestra a Marco Antonio Barrera contra Érik Morales, protagonistas de una de las más celebradas trilogías del pugilismo del orbe.

Barrera y Morales revivirán rivalidad para combatir el coronavirus 

Los ídolos Raúl “Ratón” Macías y Rubén “Púas” Olivares, al igual que Julio César Chávez, Humberto “Chiquita” González y Carlos Zárate deslumbran desde los muros. Otras figuras que en su momento impactaron a los aficionados del globo terráqueo, como Vicente Saldívar, Miguel Canto, Salvador Sánchez, Luis “Kid Azteca” Villanueva, José Ángel “Mantequilla” Nápoles, Ultiminio Ramos, Rafael Herrera y Chucho Castillo son evocadas a lo largo de ese mismo espacio.

Saúl “Canelo” Álvarez, Juan Manuel Márquez, Ricardo “Finito” López, Daniel Zaragoza, Pipino Cuevas, Francisco “Bandido” Vargas, Erubey “Chango” Carmona y Édgar Sosa son otros grandes peleadores -suman 47- que parecen saludar a los transeúntes.

Las mujeres también reciben homenaje. Ana María “Guerrera” Torres y Mariana “Barbie” Juárez, autoras de la más memorable trilogía femenil del pugilismo mexicano, al igual que Jackie Nava, están ahí.

A casi tres años de la apertura de dicho oasis que revive las glorias de nuestros pugilistas, Mauricio Sulaimán Saldívar, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, comentó:

“La exposición WBC verde y oro en la estación Garibaldi/Lagunilla del Metro resultó una gran experiencia. Nuestro amigo Sandalio Sáinz de la Maza gestionó esta galería, para dar oportunidad a millones de mexicanos de disfrutar de imágenes de sus ídolos”.

Zárate y “Chiquita” expresan su orgullo

Toda esa fiereza y consecuente valor indómito que nuestros guerreros con guantes exhiben arriba del ring, se queda en ese espacio de 6×6 metros cuadrados. Al terminar sus combates se abrazan en reconocimiento mutuo y abajo vuelven a ser personas muy sencillas que, salvo alguna nariz desviada o cicatrices que el tiempo se ha encargado de desvanecer, no reflejan que se dedicaron a la violenta profesión.

Parece que fue ayer cuando Carlos “Cañas” Zárate y Humberto “Chiquita” González acompañaron en el corte del listón inaugural a Mauricio Sulaimán, titular del WBC, y a las autoridades del gobierno de la Ciudad de México. Esto sucedió en mayo de 2017 en la estación Garibaldi/Lagunilla del Metro.

Carlos Zárate, un ejemplo viviente de que se puede salir del infierno de las drogas y el alcoholismo -actualmente dicta conferencias para motivar a jóvenes y adultos a combatir esas tentaciones-, nos dijo ayer:

“Me siento orgulloso de haber cortado el listón de inauguración de esta galería de recuerdos junto con mi amigo ‘Chiquita’ González, en la estación del Metro Garibaldi. Ojalá se quede ahí por mucho tiempo más como una exposición de lindos recuerdos para los mexicanos”.

-¿Estar ahí es cómo ganar un campeonato del mundo?

“Es un poco diferente, pero sí un orgullo enorme para nosotros los campeones. Así podemos tener contacto espiritual con los aficionados del boxeo”.

Por su lado, la “Chiquita” González se entusiasma notablemente al hablar sobre el tema.

“Me dio mucho gusto cortar el listón porque es un lugar donde pasa mucha gente y así nos homenajean a nosotros los boxeadores. Estar ahí es algo así como cuando te ponen el cinto de campeón, es muy bonito, y me enorgullece que te reconozcan en un lugar tan emblemático de la Ciudad de México, donde te ven millones”.

-Humberto, ¿si tú hubieses visto esta exposición en tu niñez, qué reacción habrías tenido?

“Sentiría emoción de ver a mis ídolos y pensaría ¡quiero ser como ellos! Todos en mi familia se pusieron muy contentos y orgullosos de este reconocimiento hacia un servidor”.

Esfuerzo y perseverancia

Érik “Terrible” Morales nos platicó sobre su transformación de aquel niño flaquito que acompañaba a su padre, el ex boxeador José “Olivaritos” Morales, al gimnasio de la Zona Norte de Tijuana, a gran peleador y miembro del Salón de la Fama del Boxeo Internacional, en Canastota.

Morales, primer púgil mexicano que derrotó a Manny Pacquiao, forma parte del nicho de los Ídolos del Boxeo, dentro del Metro capitalino.

“Indudablemente, es una gran exposición del boxeo nacional y ayuda  a inspirar a muchos jóvenes. ¡Es una radiografía del esfuerzo y perseverancia rumbo al éxito! Si hubiese tenido oportunidad de mirar algo así en mi niñez, seguramente habría pensado ‘¡wow, esos si son chingones!’. Hubiese sido algo genial. Yo soñaba, en mi adolescencia y cuando debuté (como boxeador), en que la gente supiera de mí”.

Daniel Zaragoza, el zurdo de Tacubaya, afirmó: “El boxeo mexicano ha sido, es y será un emblema para nuestra nación. El estar en los pasillos que recorre nuestra gente es un honor. Si yo me coloco en el papel de aficionado, pienso que para el transeúnte resulta agradable recordar a sus héroes que en su momento los llenaron de orgullo o simplemente les hicieron pasar un momento emotivo y placentero al disfrutar en familia del deporte que les gusta”.

Zaragoza consideró que “conquistar uno o dos campeonatos del mundo, como en mi caso, nos llevó también a estar en el cariño y el recuerdo de nuestros compatriotas. Por supuesto que hubiera sido un motivo extra poder ver una galería como ésta cuando daba mis primeros pasos de peleador; la idea de llegar al campeonato va más allá de cualquier explicación”.

Francisco “Bandido” Vargas, que al igual que Daniel Zaragoza se distinguió por su arrojo sin límites, una característica de la gran mayoría de nuestros campeones, externó:

“Es un orgullo que reconozcan al boxeo, a los boxeadores que han sido ídolos, que han representado a nuestro país y lo han puesto en alto a nivel mundial; es una enorme satisfacción que el boxeo le haya dado y le dé muchas satisfacciones a nuestro México. Ganar un campeonato del mundo es algo muy especial, y al final es grato que te reconozcan y que tu imagen esté plasmada ahí”.

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