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10, septiembre 2020 - 22:39

┃ José Ángel Rueda

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Aunque el mundo haya cambiado por completo en apenas siete meses, el emparrillado mantuvo a los campeones dentro de una burbuja. Poco cambió ahí adentro con esa máquina perfecta que representa Kansas City y que de golpe ha vuelto a funcionar con la misma fiabilidad que en febrero pasado. El triunfo 20-34 sobre los Texanos en cierto modo fue parecido a su último enfrentamiento, aunque sólo en un principio, cuando Mahomes tuvo que pisar el acelerador para firmar la voltereta, solo que ahora sin dramatismo alguno.

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Fue parecido por el arranque, nada más, porque Houston se fue al frente apenas en la segunda serie con un acarreo de 19 yardas de David Johnson, como si de pronto un aire enloquecido llevara los rumores de una sorpresa. Pero así como llegó la bravura de los Texanos se fue, y los Jefes dominaron la marcha restante con la soltura de siempre.

Resulta difícil advertir que un equipo con sus procesos tan bien definidos haya encontrado la manera de mejorar, pero Andy Reid lo hizo. Sus Jefes dejaron el vértigo y se abandonaron al juego terrestre, potenciado por el novato Clyde Edwards-Helaire, que se presentó en la NFL con 138 yardas y un touchdown. Las series casi eternas enfriaron cualquier intento de reacción de Watson, que cada que salió al emparrillado se vio presionado por los frontales de los Jefes, que lo capturaron en cuatro ocasiones y le quitaron tiempo para pensar.

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El tiempo, ese que dominaron los Jefes, le sirvió a Mahomes para realizar su tradicional reparto de anotaciones. Primero fue con Travis Kelce, omnipresente en el horizonte, con un pase de 7 yardas. Después llegó Sammy Watkins, muy activo todo el partido, con un balazo de 2 yardas, y el tercero con Tyreek Hill, discreto hasta entonces, con un pase que llegó cuando la jugada parecía agotarse.

Una breve reacción, de esas motivadas más por la condescendencia de la defensiva que por un arrebato del que pierde, hizo más decoroso el marcador, con dos anotaciones de los Texanos, pero todo estaba dicho. Abran paso al campeón.