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28, enero 2022 - 16:18

┃ José Ángel Rueda

Mahomes

FOTO: JAMIE SQUIRE/AFP
Cuando faltaban 13 segundos para el final del partido entre los Chiefs y los Bills, un touchdown de Gabriel Davis ensombreció a todo el Arrowhead. El estadio más ruidoso de la NFL de pronto encontró un silencio desconocido, pocas veces el público había sentido la derrota tan real como en ese momento.
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En la banca de los Chiefs la sensación era parecida. Por más que se tenga a Patrick Mahomes 13 segundos son muy pocos cuando hay que recorrer tanto. Kansas City necesitaba acercarle la pelota a su pateador Harrison Butker para conseguir un empate disfrazado de utopía.
Ante el desfile de caras largas, el coach Andy Reid llamó a sus jugadores y entre la tormenta soltó una frase que ayudaría a ponerle palabras a lo inexplicable. Con los ojos fijos en su mariscal de campo, el veterano entrenador en jefe reconoció lo oscuro del panorama, pero advirtió una esperanza: “Cuando todo sea sombrío, conviértete en el Grim Reaper (La Parca y ve por ello”, dijo Reid, en la metáfora de que la muerte siempre será quien tenga la última palabra.
La frase quedó en la mente del mariscal de campo, quien se habrá imaginado cubierto por una capa negra, con la cara oculta y una guadaña lista para robar el alma de los rivales. Mahomes saltó al emparrillado y afrontó el largo camino. La serie, vista desde afuera, resulta irreal. El balón colocado en su yarda 25 y dos jugadas capaces de cambiar el destino.

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La primera, con Tyreek Hill, uno de sus cómplices en las artes oscuras, un pase corto, que contó con una ganancia de 19 yardas para alimentar la esperanza, después con Kelce, su otro gran aliado, en un pase al centro concebido desde la genialidad, la ruta rota, y una carrera frenética de 25 yardas para dejarle el balón a tiro al pateador, que no falló su intento de 49 yardas.
Poco tardaron los Chiefs en llevarse la victoria, en el tiempo extra, tras ganar un volado que visto desde ahora, desde el presente, resultó definitivo. Patrick “Grim Reaper” Mahomes comandó una serie inapelable, para ponerle fin a uno de esos partidos que en el recuerdo trascenderá por generaciones.

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Minutos después, en la sala de prensa, un Andy Reid aún agitado confesó las palabras que desencadenaron todo. El concepto del “Grim Reaper”, utilizado desde hace siglos para personificar a la muerte, de pronto encontró un equivalente en las habilidades sobrenaturales de Mahomes, ese quarterback capaz de robar el alma de sus rivales en apenas dos jugadas.
El nuevo apodo pronto se hizo viral, y en las redes sociales las imágenes de Patrick Mahomes, con su número 15 brillando sobre el fondo oscuro de su capa, eran todo un fenómeno. Hasta entonces, el quarterback de los Jefes había sido nombrado “Showtime”, “Fatrick”, “Magic Man”, “El Músico” y hasta “El Pistolero”, pero nunca antes un sobrenombre lo había definido tan bien.
 
La fiebre por el mariscal de campo de 26 años no es nueva. Desde su primera campaña como titular, en el 2018, Mahomes sorprendió al mundo al lanzar 50 pases de touchdown, para ser elegido el MVP de la campaña. Un año más tarde fue capaz de ganar su primer Super Bowl.
Más allá de sus números, lo que sorprende de Mahomes es su capacidad para completar jugadas imposibles, y ese temple que le permite salir de los múltiples apuros. En sus cuatro años como titular, el mariscal de campo cuenta con 12 series ganadoras, dos de ellas en postemporada, cuando más importa. Este domingo Cincinnati podría convertirse en una nueva víctima.

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