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Mira

5, febrero 2022 - 23:03

┃ Marysol Fragoso

Nuevo proyecto (13)

MARYSOL FRAGOSO

FOTO: CORTESÍA HUMBERT

La corrida que conmemoró los aniversarios 75 y 76 de la Monumental Plaza México resultó cuesta arriba tras la lidia de los cuatro primeros toros, pero, se fue para arriba con la faena de inteligencia y clase que Octavio García “El Payo” le planteó al quinto al que le cortó un trofeo; vendría luego Miguel Aguilar que cuajó a un gran toro de Begoña, merecidamente premiado con arrastre lento, mientras el diestro recibió dos orejas; ‘El Juli‘ eslabonó una vibrante labor de raza, con un toro de regalo, del que perdió las orejas por fallar con el acero, ejemplar que también mereció honores.

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Miguel Aguilar demostró que tiene madera de figura al pelear e imponerse en el ruedo a dos diestros del calado de su padrino y testigo, en una tarde que lo colocó en el olimpo del toreo. El toro de su alternativa llevó por nombre Apasionada Entrega, número 436, con 528 kilos, de la ganadería Begoña. A pesar que resultó deslucido, el diestro de Aguascalientes, demostró su decisión al citar de rodillas en los medios y cuando el ejemplar se arrancó desde tablas le ligó una tanda de pases que emocionó a los más de 32 mil aficionados que acudieron al coso. Su meritoria faena no fue rematada con el acero, pero había dejado constancia de lo que haría con el sexto.

Ese gran toro llamado Maestro de Vida, le brindó al hoy Benjamín de los matadores, la materia prima idónea para expresarse, por lo que fue premiado con arrastre lento. Aguilar se desbordó con el capote y luego con la muleta, al realizar un péndulo y luego pases mirando al tendido. Se fundió con el toro en la faena con técnica y expresión artística que remató de una estocada tendida. La salida en hombros en aroma de multitudes señala de pauta que seguirá en el futuro inmediato.

El Payo”  se estrelló con el primero de su lote, pues su esfuerzo fue infructuoso, pero con el quinto, literalmente se echó la tarde a la espalda y ejecutó titánicamente una faena donde su entrega, experiencia y clase, la llevaron a convertirse en una labor armónica, premiada con una oreja, que le fue protestada, pero gracias a la cual cambió para bien el rostro de la noche taurina.

Luego de tres años de ausencia en la monumental capitalina, Julián López “El Juli” no estaba dispuesto a pasar de largo. Enfrentó al segundo que terminó rajado, con el cuarto se puso en el sitio pero perdió la brújula con la espada y escuchó dos avisos. Regaló un toros de San Miguel de Mimiahuapam, que fue bravo y exigente, ante el cual lució su maestría y pundonor en un trasteo de raza y emoción que le valió los gritos de “torero-torero”, con los que acompañó su salida, tras haber pinchado y recurrido al descabello.

TOMA LA ESTAFETA

Juan Pablo Baillères se fundió en un largo abrazo con ‘El Juli‘, que le brindó un toro y luego con Miguel Aguilar, que lo invitó a dar la vuelta al ruedo, mientras paseaba dos orejas, sin embargo, el heredero de la división agropecuaria del fallecido don Alberto Baillères González, optó por no aceptar, en señal de duelo.

No obstante, expresó: “A nombre de mi familia quiero agradecer todas las muestras de cariño que hemos recibido en estos momentos tan difíciles. Mi padre que fue un apasionado de la tauromaquia, me heredó ese privilegio de estar inmerso en este mundo, trataré de seguir poniendo en alto su legado, trabajando como lo hizo él”.

 

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