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11, febrero 2022 - 6:00

┃ José Ángel Rueda

Memorial Coliseum

JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: JOSÉ ÁNGEL RUEDA 

En el nombre encumbra las viejas glorias. El coliseo que se levanta en medio de una gran ciudad para que en su superficie pasen las cosas dignas de ser recordadas. Es la misión de todo gran estadio, que su grandeza no la cuenten los años, sino las cosas que han sucedido ahí.
De ser así, el Memorial Coliseum, de Los Ángeles, puede quedarse tranquilo. Ubicado a unos kilómetros del centro, en su estructura alberga la esencia de los estadios de antes, esos que quedan bien abiertos al cielo, lejos de los domos que abundan por estos tiempos.

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Su historia se remonta a los años veinte. Desde su concepción aspiraba a la gloria, como una manera de convencer al Comité Olímpico Internacional de que Los Ángeles era el lugar idóneo para llevar a cabo los Juegos Olímpicos de 1928. La ciudad, proyectada al mundo por naciente éxito de Hollywood, era una de las principales candidatas, sin embargo, tendría que esperar hasta 1932 para ver cristalizado su sueño.
Sin tiempo que perder, el Memorial Coliseum tomó forma pronto y para 1923 ya era una realidad. Según se cuenta, lo impoluto de sus formas le hizo acreedor al sobrenombre de “Gran dama antigua”, una metáfora de la elegancia que proyectaba su diseño, sobre todo la parte del pebetero.

GLORIA OLÍMPICA

El Memorial Coliseum albergó algunos partidos de futbol americano antes de recibir su primer gran evento. Era 1932 y los estragos de la gran depresión enturbiaban el ambiente. Eso no impidió, sin embargo, que los Aros Olímpicos adornaran su fachada, justo a los pies del pebetero que daría vida a la flama. Los Juegos Olímpicos fueron un éxito, sobre todo en el afán de Los Ángeles de mostrarse al mundo como la próspera ciudad americana.

Cinco décadas más tarde, en 1984, ya como una potencia establecida, el Memorial Coliseum volvió a recibir la gloria olímpica. Al retrato del fuego y los aros se le sumó, para aquella edición, la estatua de un hombre y una mujer, esculpidas por el artista Robert Graham. El trabajo proyecta el cuerpo de los atletas Terry Shroeder y Jackie Joyner-Kersee, quienes sirvieron como modelos.

Aquella edición de la justa estuvo marcada por el éxito de los mexicanos Ernesto Canto y Raúl González, quienes brillaron al hacer el 1-2 en los 20 kilómetros; días después González también triunfaría en los 50 kilómetros, al ganar un oro histórico.

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La ciudad de Los Ángeles emulará en el 2028 como las únicas ciudades en albergar tres ediciones de los Juegos Olímpicos. A pesar de que la inauguración será en el nuevo SoFi Stadium, se tiene pensado que el Memorial Coliseum, la Gran dama antigua, tenga un papel preponderante, acorde a la historia de ese estadio que encumbra una zona de jardines y museos.

FUTBOL AMERICANO

En las inmediaciones del estadio no sólo se respira la gloria olímpica, sino también la del futbol americano. El Memorial Coliseum es casa de Trojans de la Universidad del Sur de California. Los colores guinda y amarillo dan la bienvenida a quien visita. La tradición de las tacleadas es antaña, incluso, en el césped sagrado del recinto se jugó el primer Super Bowl de la historia, en 1966. Eran los años de la fusión. Los Green Bay Packers derrotaron 35-10 a los Kansas City Chiefs. En Los Ángeles comenzó una bella tradición que este domingo, con el duelo entre Rams y Bengals, tendrá continuación.

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