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5, abril 2022 - 20:30

┃ Yael Rueda

Chelsea

Uno de los equipos que ha estado en la boca de todo el mundo durante los últimos años es el Chelsea, y no necesariamente por su buen andar en Champions League, sino porque las sanciones de Gran Bretaña en contra de Rusia alcanzaron a su dueño, Roman Abramovich, obligando al oligarca ruso a poner a la venta al club.

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La historia de este club, aunque para muchos detractores es mínima antes del actual siglo, tiene un montón de historias bastante interesantes y una de ellas es la prohibición de ingresar con apio al Stamford Bridge.

Claro que salta la duda del motivo por el que se tomó esta determinación y para ello es necesario remontarse a la década de los 80. Justamente en esos años en los que los elementos más destacados de la plantilla londinense eran Pat Nevin, Kerry Dixon o Paul Canoville, en el inmueble sonaba una canción llamada ‘Celery’.

Este cántico entonado en las gradas del Stamford Bridge tenía una connotación sexual hacia los rivales, así que una vez que terminaban de entonarla lanzaban pedazos de este vegetal desde el Shed End al terreno de juego, algunos cuentan que era con la intención de darle mala suerte a los rivales, otros apuntan que era para intimidarlos.

La tradición de los aficionados del ‘Blue’ se vio interrumpida en el 2007, cuando un comunicado del club aseguró que no podrían ingresar al Stamford Bridge aquellos fanáticos que llevaran esta planta consigo, el motivo era simple, lanzar cualquier proyectil al campo es considerado una falta grave en cualquier estadio y un trozo de un vegetal no podía ser una excepción en la búsqueda de respeto y juego limpio.

Cabe agregar, el club comenzó a tomar las medidas pertinentes cuando los cuerpos arbitrales comenzaron a reportar esta situación en sus cédulas.

A pesar de todo, lanzar apio es algo que siempre quedará ligado al Chelsea y la prueba de ello es que en el 2015, durante los festejos del campeonato, los jugadores de aquel equipo viajaban en un autobús descapotable para celebrar junto con todos sus fans y claro, el invitado especial a la fiesta fue el apio, varios kilos de él fueron lanzados hacia el autobús y entre los propios aficionados.

La connotación fue diferente, no algo agresivo, pero sí el recordatorio de algo clásico para los aficionados que siempre entonan el ‘Blue is the colour’.

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