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26, abril 2022 - 20:53

┃ Javier Juárez

aficionados

JAVIER JUÁREZ

Foto: Martín Montiel

Cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer, si mi corazón azul es y mi piel dorada siempre te querré, esas estrofas entonadas por cientos de seguidores auriazules que se reunieron en el hotel de concentración de Pumas lograron que sus ídolos salieran para cantar con ellos.

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Los aficionados universitarios se organizaron a través de redes sociales para llevarles serenata a sus jugadores antes de jugar la final de Concachampions contra el Seattle Sounders, todo se realizó rápido. La cita fue a las 19:00 horas, pero la gente se conglomeró desde antes.

Los últimos rayos del sol acompañaron a cerca de mil seguidores felinos con los típicos Goyas y otras porras auriazules.

Banderas pequeñas y gigantes ondearon afuera del lugar, los aficionados llegaron de todas partes y en cualquier vehículo, automóviles particulares, Metrobús, motocicletas y a pie.

La gente fue reuniéndose y cantaron a todo pulmón, Higor Meritao y Diogo fueron los primeros en asomarse a través de los cristales del hotel. Los brasileños motivaron a sus compañeros para salir a las escaleras.

La gente siguió con cánticos, todos refiriéndose a levantar la copa, Pumas juega la final de Concacaf. La liga no la ganan desde el 2011, pero las vitrinas se pueden abrir para recibir un galardón internacional.

Un cohetón sonó de gran manera en el lugar, luego de eso los jugadores comenzaron a salir. Efraín Velarde estuvo hasta adelante, el Chispa se forjó en Cancha 2, Cantera, un jugador totalmente hecho en CU, Velarde fue el jugador más conmovido con las porras. Efraín entonó todos los cánticos y agradeció con las manos.

El resto del plantel se unió a la fiesta, Nicolás Freire tomó una bandera y la ondeó con sus seguidores.

Leonel López, Meritao, Washington Corozo, Jorge Ruvalcaba, Alfredo Talavera, hasta Andrés Lillini cantaron y brincaron. El gran ausente fue Arturo Ortiz, el Palermo está expulsado y no puede participar en el juego, por eso lo convocó Gerardo Martino al Tricolor.

La algarabía atrapó hasta a los policías de seguridad, algunos sacaron su teléfono y se tomaron la selfie del recuerdo.

La mezcla entre la gente y los futbolistas duró alrededor de veinte minutos, fue corta, pero emotiva. Todos agradecieron la visita y regresaron al interior del hotel.

Pumas recibió una fuerte inyección anímica a escasas horas de enfrentar al Seattle Sounders. Cómo no te van a querer.

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