PAGO. G. VILCHIS

FOTOS: EL SOL DE HIDALGO

A las afueras de las instalaciones de la fábrica de cementos de La Cruz Azul, siguen decenas de trabajadores sin poder realizar sus labores tras los hechos violentos que se presentaron la madrugada de hoy, y es que la subestación eléctrica que nutre a toda la planta fue de las partes vandalizadas, lo que trajo consigo que las operaciones de la cementera sigan detenidas hasta nuevo aviso. 

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La subestación es parte fundamental del corazón de la cementera y a decir del presidente del Consejo de Vigilancia, Alberto López, al momento de los ataques de la fábrica se llevaron de por medio la enorme subestación, la cual supuestamente ya está siendo evaluada por parte de la Comisión Federal de Electricidad para ponerla de nuevo en operación y que los trabajadores puedan retornar a sus actividades.

Los trabajadores no saben a ciencia cierta qué es lo que deben de hacer ante esta falla, por lo que permanecen postrados en la puerta principal de la fábrica a la espera de recibir indicaciones para proceder a a sus labores o no. 

El miedo se percibe en los trabajadores, y no es para menos, pues tras los hechos violentos se han registrado hasta el momento ocho personas fallecidas, ocho lesionadas y al menos ocho vehículos calcinados, lo que ha puesto la tensión a tope en ciudad Cruz Azul. 

SEGÚN COOPERATIVISTAS, LOS DISIDENTES SON LOS CULPABLES

A decir del mismo Alberto López, los responsables de los actos vandálicos de esta madrugada en la cementera, son integrantes del grupo disidente encabezado por José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez. 

López, junto al abogado José Luis Miranda e integrantes varios del Consejo de Administración y Vigilancia, ofrecieron esta versión en una conferencia de medios, donde explicaron que el grupo disidente es quién operó los actos, los cuales se han venido presentando por el intento de boicotear la operación de esta cementera, tal y como ya lo han hecho en otras 20 cementeras en toda la República Mexicana. 

“Tomándolos con la fuerza y con violencia, por un grupo de choque, gente ajena a los cooperativistas y que no iba con ningún mandamiento judicial. Aquel inmueble lo recuperamos y hoy se repite aquel mecanismo de violencia, pero aumentando su nivel de agresión”, explicó García en torno a un edificio corporativo que les había sido despojado en la Ciudad de México. 

Agregó que los ataques se dieron de forma inesperada y que los trabajadores de la cementera intentaron contener a unas 500 personas enviadas por los disidentes, pero lamentablemente, en ese intento de defensa, el hijo de uno de los trabajadores perdió la vida al recibir un impacto de arma de fuego. 

Supuestamente la gente que intentó tomar la cementera iba armada y sin ninguna orden judicial ni autoridad que validara sus acciones, por lo que se trató de un intento de invasión en propiedad privada y la Fiscalía de Justicia de Hidalgo ya abrió una carpeta de investigación para dar con los responsables. 

Con información de El Sol de Hidalgo.

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