Marco Montoya

Foto: Harry How | AFP

El número mágico de San Francisco es el uno, un jonrón necesitaron para superar a Los Ángeles, 1-0 se impusieron de gira y una victoria más les hace falta para avanzar a la Serie de Campeonato.

Los Red Sox ya están en la Serie de Campeonato

Pegar cuadrangulares ha sido el sello de los Gigantes durante todo el año y en una velada protagonizada por los lanzadores el batazo de cuatro esquinas marcó la diferencia. Evan Longoria detonó la única dotación de pirotecnia ante Max Scherzer.

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Los Dodgers se han quedado en blanco en dos de los tres encuentros, su costosa alineación volvió a batallar para descifrar los pitcheos de los cuatro serpentineros que enfrentaron, su corona está en peligro.

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EL JUEGO

Si alguien conoce a la alineación de los Dodgers es Alex Wood, su pasado en la novena angelina le permitió tener un panorama más amplio de cómo podía trabajar a sus excompañeros.

En 4.2 capítulos de trabajo le conectaron dos imparables y recetó cuatro chocolates, retiró a sus primeros seis rivales antes de que Albert Pujols lograra embasarse. La amenaza de tenerlo en los senderos se quedó en la tercera base, Mookie Betts fue dominado.

Sólo el cañonero de los 679 jonrones de por vida consiguió contactarle la esférica al abridor gambusino, le pegó su segundo hit de la velada en el quinto capítulo. Retirar a 14 bateadores requirió trabajar horas extra, Wood bajó de la lomita después de 83 lanzamientos, se quedó a un eliminado más de aspirar a la victoria.

Del otro lado, Max Scherzer cumplió con su etiqueta de as, llegó hasta el séptimo inning y liquidó por la vía de los strikes a una decena de bateadores.

El derecho arrancó intratable, cinco de los primeros seis outs que sacó llegaron a través de ponches. Cuando enfrentó por segunda vez a la alineación de los Gigantes ya le costó más trabajo hacer que abanicaran.

Nadie había conseguido poner en predicamentos al serpentinero angelino hasta que apareció Evan Longoria. El tercera base estaba en cuenta de 0-2 cuando se enredó con una pelota que aterrizó en las gradas del Dodger Stadium.

A pesar de la sacudida, Scherzer mantuvo el control, el respaldo ofensivo siguió ausente, el promedio de bateo de cada miembro de los actuales campeones descendió.
Los Ángeles tuvieron su oportunidad en el séptimo tramo. Steven Souza y Will Smith dispararon sencillos consecutivos, Austin Barnes se ponchó, las esperanzas quedaron en Betts.

El patrullero pegó un lineazo que parecía traer el empate, sin embargo, el campocorto Brandon Crawford pegó un brinco para quedarse con una pelota que llevaba fuego. La conexión se vio tan sólida que incluso en la caseta local pensaron que caería de hit.

Mookie regresó a la banca lamentándose, Crawford ocultó su euforia, su gran jugada fue un golpe duro en las aspiraciones de sus contrincantes. La novena angelina ya no volvió a estar cerca de timbrar.

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