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11, mayo 2022 - 23:19

┃ Alland Jhonnathan

America

Alland Jhonnathan

Foto: José Luis Megarejo | Mexsport

Ya son nueve y contando, la bestia azulcrema en la que se ha convertido América desde la llegada de Fernando Ortiz al banquillo sigue perfecta tras empatar 1-1 a 10 minutos del final la ida de los cuartos de final contra un Puebla voluntarioso, enjundioso, pero al que por una u otra razón le sigue sin alcanzar en instancias finales.

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La testa de Sebastián Cáceres evitó la épica azulcrema en la vuelta. El zaguero acabó por impulsar a las Águilas cuando Martin o Sánchez perdonaron.

El empate parcial favorece desde ya al conjunto de Coapa de cara a la vuelta del sábado en el Azteca; y ahí, en su casa y ante su gente, al americanismo se le respeta.

El partido o la historia pudo ser otra rumbo a ese match definitivo cuando a los cinco minutos Maxi Araújo casi rompe el juego con un suave toque de derecha que tomaba a contrapié a Paco Memo, quien elástico como en Brasil tapó el 1-0 con la pierna derecha, providencial para encender al americanismo.

La Franja presentaba su declaración de intenciones, pero América a los 10 minutos respondía del otro lado del campo por medio de Viñas. No obstante, la zaga blanquiazul se cruzaba de últimas para ahogar el grito de gol.

Aunque de casi celebrar el 1-0, el americanismo quedó en silencio cuando veía cómo su artillero preferido dejaba el juego en camilla, en dirección hacia el hospital por una posible factura.

“El Tano” le debió de mover temprano y se acordó de Henry. Luego sobre el final de la primera mitad retiró a Richard Sánchez para resetear a su equipo y la sacudida casi rinde frutos con Zendejas probando desde la frontal con un disparo raso al palo largo de Antony.

Pero como Ochoa, el arquero del Puebla no se amilanó ante la metralla y sólo concedió un tiro de esquina para llegar al entretiempo nivelados, 50/50, como en el arranque de la eliminatoria.

Aunque el gol que no llegó en el primer tiempo, por fin se manifestó a través del botín de Fernando Aristeguieta nada más en la reanudación. El delantero hecho un vikingo del área clavó el hacha de guerra tras un rebote de Ochoa a un disparo a quemarropa del propio venezolano y a la tercera fue la vencida.

Lo ganaba el Puebla asaltando toda lógica. Pero América aún tenía que decir con casi 35 minutos por delante. Aunque el otro Sánchez, el zaguero, la mandó por encima con el arco abierto.

Luego, Martin hizo héroe a Antony cuando en un mano a mano la tiró a las piernas del meta guaraní. Al delantero azulcrema le ganó el ansia de marcar porque nunca miró que Silva se había lanzado antes hacia su derecha dejándole toda la portería abierta.

Puebla estaba en ventaja rumbo a la vuelta hasta que la testa de Cáceres evitó la necesidad de la épica, pues con el empate basta y sobra en el juego dos. Aunque al americanismo se le exige el 10, la perfección.

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